INTRODUCCIÓN
Ling, es el fonema del ideograma chino que se utiliza para designar Espíritu. Comienzo explicando el significado de los diferentes trazos del ideograma Ling para justificar el nombre de nuestro blogg (por un lado) y para que se entienda mejor, el maravilloso texto que presentaremos a continuación, extraído del librito "La Estrella Fugaz" escrito por el Maestro J.L.Padilla y que espero sirva para comprender de forma más vivida y tangible (práctica), la realidad Espiritual del Hombre.
El primer trazo nos recuerda que fuimos Creados gracias a la Decisión de una fuerza inconmensurable, infinita, Eterna, y que dejó en nosotros la huella de la Inmortalidad; el segundo trazo representa el Amor ; el tercero, la Solidaridad; el cuarto, el quinto, el sexto y el séptimo representan el hombre Fuego, el hombre Espiritual... el Hombre que sabe que lo anima el Soplo (Aliento) Divino, que es un ser Espiritual y que su característica fundamental como Ser Humano: es ser Sensible.
Estoy convencido de que no somos sólo seres humanos que gozamos ocasionalmente, de experiencias espirituales, sino que somos seres espirituales que vivimos , de vez en cuando, experiencias humanas.
Pierre Teilhard de Chardin
ESPÍRITU CONFORMADO
"La Estrella Fugaz"
El mensaje estelar que el hombre porta desde su origen, se sintetiza en la dinámica de su Fuerza ESPIRITUAL. Esta fuerza espiritual se condensa en el sentimiento inmortal de su existencia, se concretiza en la experiencia de amor de sus vivencias, se expande en la actitud inevitablemente solidaria de cada una de sus acciones y se hace íntima y luminosa en el abrazo fundido de los amantes. Esta huella impresa que le cualifica como fuerza espiritual, se diversifica en las acciones de su voluntad, decisión, alegría, reflexión y recuerdos. Y en la medida en que estos cinco haceres permanecen en equilibrio, su huella permanece intacta.
Pero... cuando la voluntad se
transforma en miedo... cuando la decisión se convierte en
violencia... cuando la alegría se trunca en tristeza.... cuando la reflexión se
convierte en obsesión... y cuando el recuerdo se hace lánguido y nostálgico, el
equilibrio se empobrece y se pierde, y... la posición de su hacer, como
expresión de fuerza, se transforma en una veleta que busca afanosamente
muletas, y que no es capaz de recuperar la belleza de su origen.
Aún se recuerda, que los árboles tan
sólo quieren ser árboles. También se sabe, que el fuego sólo aspira a dar
calor. A duras penas recordamos, que la tierra solo quiere ser fecunda. Con
afán buscamos la piedra preciosa que aún, se alberga en una cueva... Y también,
sentimos que el agua es la mejor bebida. Cinco haceres, que en permanente
servicio, nos recuerdan las cinco sublimes expresiones del espíritu del
hombre: la firmeza, la benevolencia, la paz, la cortesía y la bondad.
Todo ello tiene su residencia en el
interior oscuro de nuestra forma. La flexibilidad decidida emerge del hígado
jupiteriano; la alegría serena emergen del corazón teñido por el rojo de Marte;
la reflexión generosa convive con la trascendencia de Saturno; el recuerdo siempre
presente subyace en la impronta de Venus; y la firme voluntad del cambio se arropa
en la serena oscuridad de Mercurio.
Nada se realiza sin consentimiento
de cada una de las partes, y todo se consuma, con la complicidad de todos.
Cuando el hombre se arropa en una
sola actividad, usurpa la virtud de los otros y pierde la generosidad necesaria
para dar cauce y cumplimiento a la actividad de los otros hombres. El sufrimiento
emerge entonces con la fuerza de una permanente tormenta y la desesperación
se convierte en el móvil común de cada ser.
La enfermedad se nos antoja
entonces, inevitable; el amor, imposible; la ternura, ocasional; la solidaridad,
justo lo imprescindible; la violencia, necesaria; y la paz... sólo queda en el
recuerdo imposible.
Gracias
Maestro J.L. Padilla Corral